jueves, 6 de octubre de 2011

¿CUÁL ES LA DIFERENCIA ENTRE LO REAL Y LO NO REAL?

3 comentarios:

martín dijo...

´Es muy difícil determinar que es lo que hace que una persona quiera meditar. Me ha picado la curiosidad por varios años. Parece haber muchas razones por las que la gente empieza a meditar. Pero creo que solo hay una razón por la que la gente continúa meditando. Creo que esto se puede describir como un compromiso que crece hacia la realidad.

Mientras más medites, más perseverarás y pasarás por las dificultades de los inicios falsos, por lo que entonces se hará más claro para ti que tienes que continuar si deseas llevar tu vida por un camino más profundo y más significativo.

No debes olvidarte de cómo meditar: Repite tu mantra del principio al fin. Esto es básico, axiomático - no permitas que nada te distraiga sobre esta verdad. En tus lecturas podrás encontrar muchas variantes y alterantivas. Pero la disciplina, la acsesis de la meditación la coloca de una forma absoluta; debemos renunciar a nosotros mismos totalmente, renunciar a nuestros pensamientos, análisis y sentimientos completamente, para entonces poder estar a la disposición del Otro. Lo tenemos que hacer de forma absoluta y esta es la demanda que el mantra hace sobre nosotros: repetirla de principio a fin - en toda simplicidad y con absoluta fidelidad´

Padre John Main, OSB

rosario dijo...

Contrariamente al concepto que hemos formado sobre lo real o irreal, es ilusiorio lo finito, es verdadero lo que es eterno.
Lo trascendente, es eterno y verdadero,
lo que posiblemente en el mundo parece seguro...tiende a terminar.

Eliphas dijo...

Me acorde de un cuento en donde Arturo le explica Guinevere, su esposa, una enseñanza de su Maestro Merlin:


Después de convenirse en rey, Arturo habló de sus experiencias y de las enseñanzas en la cueva de cristal solamente con su esposa Guinevere. Pasaron muchos años antes de que Merlín reapareciera. Un dia Arturo y su esposa Guinevere conversaban sobre Merlin.
Arturo dijo: Una vez le pregunté a Merlin: “¿En qué somos distintos tú y yo? En mi opinión somos sólo dos personas que están sentadas debajo de un árbol a la orilla de un arroyo, esperando pescar algo para la cena”. Él se quedó mirándome y sacudió la cabeza. “Es cierto que no somos más que dos personas aquí sentadas — dijo —, pero para ti este escenario es toda tu realidad, mientras que el arroyo, el árbol y todo lo que nos rodea son el punto más minúsculo en el horizonte más lejano de mi consciencia”’.
Guinevere preguntó: “Si en realidad Merlín vivía en un mundo tan distinto del nuestro, ¿te enseñó alguna vez cómo llegar hasta él?”
“Si”, dijo Arturo. “Insistía en que mi versión de la realidad— el árbol, el arroyo, el bosque — era una ilusión, una alucinación personal impuesta por mi mente, mientras que su mundo estaba abierto a todos, puesto que es un mundo compuesto totalmente de luz.
Guinevere quedó confundida. “Pero tú y yo vemos esta habitación, como la ven también todas las personas a quienes conocemos. No puedo creer que esto sea sólo una ilusión”.
“Entonces te mostraré algo”, dijo Arturo. Le pidió a su reina que abandonara la alcoba y prometiera no regresar antes de la media noche. Guinevere obedeció y, al regresar, encontró la alcoba sumida en total oscuridad, con todas las velas apagadas y las cortinas cerradas. “No te preocupes”, dijo una voz. “Aquí estoy”.
“¿Qué deseas que haga, mi señor?”, preguntó Guinevere.
Arturo dijo: “Deseo saber qué tan bien conoces esta alcoba. Camina hacia mí y describe los objetos que te rodean, pero sin tocar nada”. A la reina esa prueba le pareció muy extraña, pero hizo lo que le pedían.
“Ésa es nuestra cama, y allí está el arcón de roble de la dote que traje desde el otro lado del mar. En el rincón está un candelabro alto forjado en hierro español con dos tapices a cada lado”. Caminando cautelosamente para no tropezar con las cosas, Guinevere pudo describir cada detalle de la alcoba que ella misma había amoblado hasta el último almohadón.
“Ahora mira”, dijo Arturo. Encendió una vela, luego otra y una tercera. Mirando a su alrededor, Guinevere se sorprendió al ver que la alcoba estaba totalmente vacía. “No comprendo”, murmuró.
“Todo lo que describiste era lo que esperabas encontrar en esta alcoba, no lo que realmente había en ella. Pero la expectativa es poderosa. Incluso sin luz, viste lo que esperabas y reaccionaste de conformidad. ¿Acaso no sentías que la alcoba era la misma? ¿Acaso no caminaste con cuidado por los sitios donde temías tropezar con algo?” Guinevere asintió.
“Incluso a la luz del día”, dijo Arturo, “vamos andando de acuerdo con lo que esperamos ver, oír y tocar. Cada experiencia se basa en la continuidad, la cual nutrimos recordando todo tal como estaba el día anterior, una hora antes, o un segundo antes. Merlín me dijo que si lograba ver sin tener ninguna expectativa, nada de lo que diera por hecho sería real. El mundo que el mago ve es el mundo real, una vez que se enciende la luz. El nuestro es un mundo de sombra, por el cual caminamos a oscuras”.