martes, 1 de noviembre de 2011

Gracias Eliphas!!!

Me acorde de un cuento en donde Arturo le explica Guinevere, su esposa, una enseñanza de su Maestro Merlin:


Después de convenirse en rey, Arturo habló de sus experiencias y de las enseñanzas en la cueva de cristal solamente con su esposa Guinevere. Pasaron muchos años antes de que Merlín reapareciera. Un dia Arturo y su esposa Guinevere conversaban sobre Merlin.
Arturo dijo: Una vez le pregunté a Merlin: “¿En qué somos distintos tú y yo? En mi opinión somos sólo dos personas que están sentadas debajo de un árbol a la orilla de un arroyo, esperando pescar algo para la cena”. Él se quedó mirándome y sacudió la cabeza. “Es cierto que no somos más que dos personas aquí sentadas — dijo —, pero para ti este escenario es toda tu realidad, mientras que el arroyo, el árbol y todo lo que nos rodea son el punto más minúsculo en el horizonte más lejano de mi consciencia”’.
Guinevere preguntó: “Si en realidad Merlín vivía en un mundo tan distinto del nuestro, ¿te enseñó alguna vez cómo llegar hasta él?”
“Si”, dijo Arturo. “Insistía en que mi versión de la realidad— el árbol, el arroyo, el bosque — era una ilusión, una alucinación personal impuesta por mi mente, mientras que su mundo estaba abierto a todos, puesto que es un mundo compuesto totalmente de luz.
Guinevere quedó confundida. “Pero tú y yo vemos esta habitación, como la ven también todas las personas a quienes conocemos. No puedo creer que esto sea sólo una ilusión”.
“Entonces te mostraré algo”, dijo Arturo. Le pidió a su reina que abandonara la alcoba y prometiera no regresar antes de la media noche. Guinevere obedeció y, al regresar, encontró la alcoba sumida en total oscuridad, con todas las velas apagadas y las cortinas cerradas. “No te preocupes”, dijo una voz. “Aquí estoy”.
“¿Qué deseas que haga, mi señor?”, preguntó Guinevere.
Arturo dijo: “Deseo saber qué tan bien conoces esta alcoba. Camina hacia mí y describe los objetos que te rodean, pero sin tocar nada”. A la reina esa prueba le pareció muy extraña, pero hizo lo que le pedían.
“Ésa es nuestra cama, y allí está el arcón de roble de la dote que traje desde el otro lado del mar. En el rincón está un candelabro alto forjado en hierro español con dos tapices a cada lado”. Caminando cautelosamente para no tropezar con las cosas, Guinevere pudo describir cada detalle de la alcoba que ella misma había amoblado hasta el último almohadón.
“Ahora mira”, dijo Arturo. Encendió una vela, luego otra y una tercera. Mirando a su alrededor, Guinevere se sorprendió al ver que la alcoba estaba totalmente vacía. “No comprendo”, murmuró.
“Todo lo que describiste era lo que esperabas encontrar en esta alcoba, no lo que realmente había en ella. Pero la expectativa es poderosa. Incluso sin luz, viste lo que esperabas y reaccionaste de conformidad. ¿Acaso no sentías que la alcoba era la misma? ¿Acaso no caminaste con cuidado por los sitios donde temías tropezar con algo?” Guinevere asintió.
“Incluso a la luz del día”, dijo Arturo, “vamos andando de acuerdo con lo que esperamos ver, oír y tocar. Cada experiencia se basa en la continuidad, la cual nutrimos recordando todo tal como estaba el día anterior, una hora antes, o un segundo antes. Merlín me dijo que si lograba ver sin tener ninguna expectativa, nada de lo que diera por hecho sería real. El mundo que el mago ve es el mundo real, una vez que se enciende la luz. El nuestro es un mundo de sombra, por el cual caminamos a oscuras”.

2 comentarios:

El Turco dijo...

¿Cómo hallar la Luz?

El estar constantemente centrado

en la Iluminación interior

y en el infinito néctar interno

es el baño preparatorio para la adoración.



Por lo tanto, ¿cuál es la manera de entrar en ella y cómo mantenerse centrado? ¿Cómo alcanzarla? ¿Cómo hallar esa luz?

Dos o tres cosas. Una, siempre que afirmas que existe la luz, ¿qué quieres decir? Yo digo, «La habitación está iluminada» ¿Qué quiero decir con ello? Quiero decir que puedo ver. Nunca se ve la luz, sólo se ve lo iluminado. Puedes ver las paredes, no la luz; puedes verme a mí, no la luz. Se ve lo que se ilumina, nunca a la luz en sí misma, porque la luz es tan sutil que no se puede ver. No es un fenómeno evidente. Por eso inferimos que la luz existe. Es una inferencia, no un conocimiento del hecho. ¡Es sólo una deducción! Debido a que soy capaz de verte, deduzco, asumo, que existe la luz. ¿Cómo voy a verte sin luz?

¡Nadie ha visto la luz ! ¡Nadie! Y nadie la verá nunca. Pero empleamos las palabras «Veo luz» y con ello significamos que «Veo cosas que no podrían ser vistas sin luz». Cuando dices que hay oscuridad, que no hay luz, ¿qué quieres decir? Tan sólo que «Ahora no puedo ver las cosas». Cuando no puedes ver los objetos, deduces que no hay luz. Cuando puedes ver los objetos deduces que hay luz. De modo que la luz es una inferencia incluso en el mundo exterior, externo. Por esto, cuando uno tiene que entrar, cuando uno está listo para ir hacia adentro, ¿qué queremos decir con luz?

Si puedes percibirte a ti mismo, si puedes verte a ti mismo, eso significa que ahí hay luz. Es extraño pero nunca pensamos en ello. Toda la habitación está a oscuras, no puedes afirmar que haya algo en ella, pero si puedes afirmar una cosa: «Yo existo». ¿Por qué? Tampoco te ves a ti mismo. La habitación está totalmente a oscuras, nada se puede ver, pero sobre una cosa estás seguro y es de tu propio ser. No hay necesidad de pruebas, no hay necesidad de luz. Sabes que existes, sientes que existes. Ahí debe de haber una sutil claridad. Puede que no seamos conscientes de ella, podemos ser inconscientes o muy escasamente conscientes, pero está ahí.

De modo que dirige tu mirada hacia adentro. Cierra todos tus sentidos de modo que no exista una percepción de ninguna luz exterior. Penetra en la oscuridad, cierra tus ojos e intenta ahora entrar, ver en ella. En primer lugar puede que percibas sencilla-mente oscuridad; es debido a que no estás acostumbrado a ella. Sigue penetrando. Intenta mirar en la oscuridad en que estás metido. Penétrala y poco a poco irás percibiendo muchas cosas dentro. Una iluminación interior comienza a funcionar. Puede ser tenue al comienzo. Comenzarás a ver tus pensamientos porque los pensamientos son objetos interiores. ¡Son cosas! Comenzarás a tropezar con los muebles de tu mente.

rosario dijo...

A mì esta historia me da mucha esperanza, porque me hace pensar que en definitiva estamos siemre creando en base a lo que ya conocemos, y las cosas se hacen cìclicas...mientras que si damos pasos al vacìo, me parece que se tiene la oportunidad de encontrar otros resultados, y lo que pasa es que uno teme a lo desonocido, sin embargo que no sea conocido no significa que sea de temer...mmmmmmmm...es muy linda esta historia....